El Uso de Técnicas de Análisis de Datos como medio de monitoreo de la banca, no es a nuestro juicio, ni tan extendido ni tan intenso, como cabría esperar de técnicas que tienen enormes ventajas respecto de otras metodologías, al apoyarse fundamentalmente en herramientas gráficas para la interpretación de resultados.
Pueden jugar
un enorme papel en la generación de información accesible y de fácil comprensión,
en cuanto al desempeño de las instituciones financieras dirigida a los
depositantes, accionistas y público en general; contribuyendo de esta manera a
minimizar el impacto negativo que se puede generar por la existencia de asimetrías de información. No olvidemos que el grueso de los depositantes de un banco lo conforman
economías domésticas, las cuales en su
mayoría no se hallan en condiciones de supervisar el desempeño de los bancos y por ende devienen en el grupo más
vulnerable cuando estallan crisis bancarias.
¿Cómo puede entonces el individuo de a pie desarrollar
confianza en el sistema bancario, si posee información limitada acerca del
nivel de riesgo inherente a la gestión del sistema bancario? La respuesta es la
regulación bancaria, la cual a un nivel
muy general debe elegir la política
regulatoria:
1. Que dé a
los bancos incentivos para otorgar préstamos a proyectos de inversión rentables, mientras los niega a proyectos no productivos.
2. Que dé a
la banca Incentivos para que ejerzan un nivel óptimo de monitoreo, sobre los
préstamos otorgados.
3. Que incentive
a la banca a producir información de libre acceso al público, sobre la
solvencia y liquidez del sistema.
4. Que
reduzca la propensión al riesgo por parte de los gestores bancarios y de los
depositantes.
A un nivel más específico,
las economías domésticas delegan en la regulación pública el monitoreo del
sistema bancario, confiando en que las agencias estatales respectivas, llevarán
a cabo una adecuada regulación y supervisión bancarias. Sin embargo, existe
suficiente evidencia empírica acerca de los fallos a los que puede estar sujeta
la regulación pública (y la privada), entre las cuales las más importantes:
a) Las presiones por parte de grupos de interés que detentan poder político
y/o económico.
b) La supervisión pasiva, según la cual el regulador público maneja la tesis de que es posible evitar la propagación de una crisis bancaria, permitiendo que
los bancos insolventes sigan operando. Sé cree que cualquier acción pública
empeorará las cosas; derivando al final, en una amplificación de los costos de
la crisis bancaria.
c) La captura de los reguladores públicos por parte de las instituciones
financieras, que éstos deben supervisar y regular.
Una manera de minimizar el
efecto de las externalidades negativas nacidas de las crisis bancarias, es la abundancia de información de calidad,
sobre todo de carácter privado; la
profusión de fuentes de monitoreo y análisis del desempeño del sistema financiero,
permite a las economías domésticas confrontar diversos puntos de vista. Sin
embargo, no sólo basta poseer información en cantidad y calidad, la
característica principal de ésta, debería ser su facilidad de comprensión por
parte del público. La existencia de información abundante, pero de
difícil manejo para el individuo de a pie, termina promoviendo que el monitoreo
se concentre en un muy reducido grupo de
oferentes privados, que al final terminan expuestos a las mismas fallas, que
los partidarios de la banca libre le suelen
endosar a la regulación pública.
Comprometidos con esta idea y debido a la facilidad de comprensión, nuestra propuesta apunta a la importancia de utilizar técnicas de Análisis de Datos (Componentes Principales, Correspondencias Binarias, Biplots, etc.), como herramientas para el monitoreo bancario.
Estas técnicas bien
utilizadas son adecuadas para describir relaciones multivariantes, existentes entre los indicadores financieros
(cualitativos o continuos), que permiten evaluar dimensiones importantes ligadas
a la gestión de los bancos privados y públicos (a saber: rentabilidad, calidad
de activos, liquidez, etc.). Sin embargo,
lo más importante de cara al análisis de la banca, y vale la pena recalcarlo
una vez más, está en la capacidad de
estas metodologías para exponer los resultados obtenidos en base a herramientas
gráficas, de allí su facilidad de
comprensión y sin incurrir en una excesiva simplificación de las
relaciones existentes.
Lo que se requiere del
público, es un compromiso o esfuerzo en
la interpretación de un gráfico, básicamente de un plano cartesiano, en el que
tanto los bancos como los indicadores financieros, son ubicados de acuerdo a
sus coordenadas y donde las posiciones
relativas de estos bancos, respecto de los indicadores financieros, permiten
obtener una caracterización de su desempeño, en un momento dado en el tiempo.
Cabe señalar, que aunque
estas técnicas poseen sólidos basamentos matemáticos y estadísticos, su
incuestionable valor está, en que la solidez de sus fundamentos no va en
detrimento de su capacidad, para resumir relaciones complejas y mostrarlas de
manera sencilla, para todo aquel que las requiera y esté dispuesto a hacer de
ellas, instrumentos para aproximarse en
forma sistémica, al entendimiento de las realidades sociales y económicas del
mundo de hoy.
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